domingo, 4 de octubre de 2009

MADRES DE VÍCTIMAS DENUNCIAN MASACRE DE LA METROPOLITANA

Madres y hermanas de algunos de los 10 jóvenes asesinados a manos de una comisión de la Policía Metropolitana en El Valle, el pasado 22/09/09, aseguran que se trató de una masacre y no de un enfrentamiento como dice el organismo policial.
“¿Enfrentamiento? No. Eso fue una masacre”, dicen al referirse a lo ocurrido el 22/09/09 en los alrededores de los barrios Los Sin Techo, El 70, Primero de Mayo y La Fila del Medio de la parroquia El Valle.
Transcurridos dos días del los hechos, las familiares decidieron buscar evidencias y restos de los jóvenes, y dieron con su paradero entre la maleza que rodea al Cementerio General del Sur. Allí encontraron una franela marrón con pintas negras, dos cuerdas, un par de guantes quirúrgicos y una gaza esterilizada.
Carmen Aparicio, madre del adolescente de 16 años René José Camacaro, denuncia que el acta de defunción que le fue entregada anuncia que su hijo murió por hemorragia interna producida por un impacto de bala en el cuello, sin embargo, alega que cuando entraron a la morgue vieron que el joven tenía marcas de cuerdas en el brazo y rasguños en la espalda, “La cara toda golpeada, llena de hematomas y de sangre”.
Iguales condiciones presentó el cuerpo de Jean Carlos Díaz, de 17 años: huellas de golpes en el rostro, rasguños en la espalda, una marca morada que dibuja un collar en el cuello y hematomas gigantes en los glúteos, tal y como lo muestra un video tomado en la morgue por una personas que no ha sido reconocida. A esto, madres y familiares de las víctimas reclaman: “La franela que encontramos tiene cuatro huecos. Seguro fueron los tiros: dos al frente y dos en la espalda. Está llena de sangre. A ellos los ataron y ahorcaron con esas cabuyas. En la morgue vimos la marca de la cuerda en el cuello de Jean Carlos, ¿Para qué usarían los guantes y las gazas?”.
El acta de defunción entregada a la madre de Kelvin Betancourt Donaire, de 20 años, también reportaba hemorragia interna y una herida en el cuello. Sin embargo, Belkis Donaire asegura que un funcionario policial de las afueras de la morgue le informó que a su hijo lo asesinaron con un disparo a quemarropa, y al entrar a reconocerlo confirmó que no tenía uno, sino varios disparos “¿Por qué dicen que fue un enfrentamiento si le dispararon a quemarropa?”, insiste.
Según el relato de los hechos de las familiares de las víctimas, los hechos se dieron alrededor de las 4:00 pm. De ese 22/09/09. René José Camacaro se encontraba en el barrio Primero de Mayo y de pronto subió gritando “¡Vienen muchos, vienen muchos!”. Carmen Aparicio cuenta que a su hijo le dispararon en una pierna mientras pedía que no lo hicieran, pues era inocente. Luego, testigos vieron cómo fue arrastrado hasta la montaña por los funcionarios. En un caso similar, la hermana de Kelvin Betancourt recibió un mensaje de texto de su hermano, al llamarlo, escuchó: “Corre, vente, vente. Nos tienen en el cementerio y nos van a matar”. Después de esto volvieron a llamar pero no hubo respuesta.
Vecinos del barrio Primero de Mayo se sienten sorprendidos por la forma como se dispuso el operativo policial: “Había sangre por todas las caminerías. Los mataron como perros”, expresaron. Algunos vieron la persecución entre la maleza que condice al cementerio.
Cerca de las 7 de la noche de ese mismo día, las madres de Kelvin y René acudieron al sector oeste del cementerio. Relataron cómo en la entrada de la calle Los Nichos había una ambulancia y varios funcionarios, que las retiraron del lugar con gases lacrimógenos, alegando que no había sobrevivientes. “¿Por qué llegaron sin ropa al hospital? ¿Por qué nos llamaron para decirnos que los iban a matar? ¿Por qué justifican diciendo que son malandros de una banda? En la funeraria costó mucho maquillarlos porque sus cuerpos estaban destrozados”, se preguntaron las madres de los fallecidos.

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